Tras matar a 7 moscas de un golpe, un pequeño sastre se sintió muy orgulloso e hizo saber a todos que había matado «a 7 de un golpe». La gente creyó que se refería a personas y lo creyeron un gran guerrero. Aprovechando su astucia, consiguió impresionar primero a un gigante y a sus amigos, y luego al propio rey, quien, con grandes promesas, le sometió a distintas pruebas para librar al reino de dos gigantes, un unicornio y un jabalí.
El sastrecillo las superó todas gracias a su ingenio, lo que confirmó a todos que era un temible guerrero. Y de esta forma, consiguió la mitad del reino y la mano de la princesa.