Tierna novela con la que el lector conocerá la infancia de uno de los mayores genios de todos los tiempos. Una historia de talento y superación personal.
A los tres años, Mozart compuso sus primeras obras; a los cinco, era capaz de tocar cualquier instrumento con los ojos vendados; a los 12, toda Europa estaba rendida a sus pies. Viajó miles de kilómetros, superó enfermedades terribles y nunca dejó de ser ni niño ni prodigio.